CÓMO LOGRÉ SUPERAR UN PROCESO COMPLICADO EN MI VIDA

Hace más de dos años comencé un proceso bastante complicado...

Cuando pensé que el mundo se acabaría y que ya nada tenía sentido, algo me iluminó y volvió a
mí la esperanza y las ganas de seguir adelante. “No todo está perdido”, pensé, sumándole que
tengo tres hijos maravillosos y eso hacía que mi vida valiera la pena.

Más de dos años en los que de pronto no veía la luz, en los que me cortaron un camino que en
ese momento era el único que yo conocía, el que yo creía que era el mejor para mí.

La vida jamás se equivoca y muchas veces si la vida ve que no nos movemos de donde ya no
debemos de estar, ella nos mueve. En un principio no nos va a gustar nada, pero en el
momento en que resignifiquemos ese cambio y le encontremos sentido, entenderemos la razón
de ello.

Te comparto lo que en su momento a mí me sirvió mucho, es importante hacernos conscientes
de nuestras fallas, y asumir responsabilidades y consecuencias de nuestros actos sin echar
culpas, porque si no lo hacemos jamás podremos llegar al estado de consciencia necesario para
poder sanar y seguir adelante. Debemos ser muy sinceros con nosotros mismos, actuar
humildemente y desde el amor.

En el momento en que me enfoqué al 100% en mí y tuve presente lo siguiente, mi proceso se
hizo mucho más llevadero:

· No crearme expectativas de nada ni de nadie.
Cuando tenemos muy altas expectativas en general de alguna situación o de alguna persona
podemos llegar a frustrarnos si no las conseguimos. Al no tener altísimas expectativas la vida se
hace más sencilla y más llevadera. Hay que tenerlas, pero no exageradas.

· Confiar en que Dios y el Universo jamás se equivocan. Confiar = “con fe”.

· No caer en provocaciones.
Se tú, no dejes que nada ni nadie te saque de tu centro y que eso haga que reacciones
impulsivamente ante una acción porque puedes llegar a arrepentirte. Actúa siempre desde la
calma.

· Tener mucha paciencia, pues actuar sin pensar y precipitadamente solo arruinará las cosas.

· Soltar y fluir.
No todo está en nuestro control, deja que las cosas tomen su camino y se acomoden sin
forzarlas. El querer tener el control de las cosas no significa que se vayan a acomodar a nuestra
forma y en nuestro tiempo, forzándolas solo va a hacer que se desgasten, y el soltar, mucha veces no significa que lo que deseas no va a suceder. Con esto logré no aferrarme a nada ni a
nadie, pues lo que tenga que ser será, y lo que no, no será.

· No tomarme nada personal.

Muchas veces la gente actúa en base a lo que es, a sus heridas y a
sus vivencias, de verdad a veces pensamos que todo lo hacen para herir o molestar. En el
momento en que seas compasivo y entiendas que ellos también tienen sus temas y que de
verdad no lo hacen personal, te liberarás y su actitud no te afectará más. Ahora que, si esa
persona o cualquier situación no te hace bien, protégete retirándote de aquello que te está
haciendo daño.

· Darle tiempo al tiempo, pues todo llegará cuando sea el momento, ni antes ni después.

Y así, en mis momentos más difíciles lo que me sacaba adelante eran esas promesas que yo me
hice.

Nada está perdido, seguimos vivos y nuestro corazón sigue latiendo. Se que es difícil, pero si
estás consciente de que esto que se te está presentando es una lección de la vida la cual te va a
hacer crecer y trascender, el panorama cambia, y sé que algún día agradecerás todo el
crecimiento que trajo en ti esta gran prueba de vida.

Un artículo escrito por Laura Cervantes.